“Soy hereje, soy palenque
de una furia tan insolente”.
Atento a la desgracia,
encargado a un pedazo de espíritu
tan abrumador, tan de escarnio
que el aquelarre ya es escándalo.
Y un titubeo de nostalgia,
me acerca hasta el espejo.
Miro mis ojos de frente,
no hay pecado que lamente.
Tropiezo con la misma roca
caigo pesado sobre la piel dura y tosca;
...el infinito hecho carne
un sobrehumano desnudo, ya en trance.