Es el hacer sin medida

…y sin descanso

lo que mueve mi llanto. 

Para aquel que a puro desgarro

compromete toda su existencia.

 

Y tan así… tan abarrotado

deja su aliento en los bolsillos del amo.

Claro que duele

…no sabernos soberanos!

Doy vueltas alrededor de un lienzo

que ni el mismo Cristo abraza.

Cansado de brotar flores secas

caigo maduro en algunas cuentas:

 

Que caminar no es fácil

y sostener el aliento;

pesa más que exhalarlo...

Que también es inherente al hombre,

que no le alcance

con solo comprarlo.

 

 Días cruzados…

Aislados.

Canciones muertas

con sonidos cansados.

 

Los años pasan;

y confunden el terreno

ya tormentos

que con tormentas pasan…

 

Sin embargo las gotas caen …cansadas

heladas …muertas de frío.

Ajustadas a su propio destino

de caer sobre tu cabeza …o la mía;

en cuanto ya no, de agua bendita.

Más bien, rosaditas y demoníacas;

ajadas,  turbias y apretujadas.

Deslumbrantes para soñarte;

para congelarte y enamorarte.

Y así comienza el juego;

el de nunca acabar; acabándote.

Conmovido por mi propio yo;

anhelo sugerencias, paridas desde el Cielo.

No lamentar más ausencias

ni cegar la virtud de otras presencias.

También anhelo;

un pedazo de tierra firme

donde descansar mis vergüenzas.

 

Sujetar un segmento de vida

a la orilla de otras vidas.

Acá estoy …esto soy

Solo por hoy!

Así canto y camino;

por donde mis dominios…

Cuatro paredes y un patio.

Una escalera,

que lleva adonde nadie sospecha.

 

El sol brilla sobre mi cabeza;

de loza y baldosas eternas…

Pasan las horas

como no calma un rayito de luz;

como la oscuridad crece y desmiente.

En la turbia fragancia de mis días

la pena hace a la faena;

corta despacito cada aliento

y sumerge en el descontento.

 

Pero no todo está perdido…

Nacen olvidos pariendo un sonido.

Sonido de carros y calles…

mis venas y la ansiedad de amarte.